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Fantasía

Es por ti que crece la parra alrededor de la madrugada, aferrando a la oscuridad sus retorcidas ramas de cristal, para alimentarse de la luna. Es para ti que grita la mandrágora, cántale la lluvia a la gárgola y adormece a los jóvenes dragones. ¡Y qué se siente cuando se cruza tu mirada! Se siente el fuego que hiela, la huella de las montañas, el pasar tranquilo de la agonía, como ríos que muerden, que arañan, que sufren cuando los roza la tierra, la ceniza, la arena, la grava, las brasas que se encienden debajo del agua, que arden un fuego que no quema, que tiene un tacto gelatinoso y deja, al tocarlo, olor a canela. 25 de Enero de 2019

Poema invernal

Hazme un camino con las flores de tu invierno, de pequeños pétalos blanquecinos, coloreados de claro cerúleo, por el cielo entristecido, cuando ya se está apagando, con ese añil de limbo, y la tenue luz de sueño. Que no tenga destino, que pueda ir descalza, sobre la hierba que piso, húmeda, alta y salvaje, acolchando tus pasos y los míos, mientras nos olvidamos del tiempo y seguimos el escaso brillo de nuestros silenciosos deseos. 24 de Diciembre de 2018

Mal'ach

Mantienes un ángel atrapado, con las alas encogidas, atadas con alambre de espinas, en una urna de cristal y lágrimas caídas. Y ciénaga en tus ojos, y araña en tus pestañas, ni hoy despertarás, ni te moverás mañana. Porque, incapaz de ver, soy el veneno corrosivo que se pega a tus sueños. Soy el inseguro miedo y el amor obsesivo al que deseas volver. Soy el inapropiado deseo, temerosos de reconocer, aquellos más altos en el cielo. Soy el gélido canto, arrullándote en las noches, como sábanas de agua. Seré el etéreo manto de excusas y reproches, que tus pesadillas fragua. Seré la muñeca horrenda, que por las noches te abrace, como una parra a la higuera. 29 de Noviembre de 2016 --- Mal'ach = Ángel (en hebreo, מֵלְאָךְ).

Plumbum

En la melancolía de la noche, imagino que te llega este suspiro. La Luna, por encima del horizonte, ha caído en el lago cristalino. En el sueño del silencio, me convenzo que estoy en tu recuerdo. Todo lo que en el tiempo ha caído frío y yerto, se vuelve ahora un puñado de anhelos. En un colchón de rosas húmedas, mi piel, pálida y plúmbea, busca la sensación de tu mirada, mas en la obscuridad no encuentra nada. Si soy lo que florece en tu pensamiento, sin provocar tan sólo un remordimiento, entonces derramaré esta locura en ese arcón, en cuya cerradura, anidan impávidas las arañas. 25 de Septiembre de 2016

Y apareces tú, en la orilla de los mares. Apareces tú, soñando divagante. Preguntas culminante si me he dado un festín de sueños hilarantes. Y apareces tú, solitario, donde nos encontramos. Apareces tú, solitario y delirante, mirando unos recuerdos errantes que caen como estrellas fugaces. 2 de Junio de 2016

Anathema

Somos una canción rota, un silencio que no llena, una mirada cansada al reloj de mediodía. Un hogar hundido en la rutina, amueblado con penas cada día, e intenciones acumuladas como polvo, y palabras de amor sin pronunciar. Lleno de estrellas estaba el cielo, tan lleno como de besos, mis sueños estaban por ti. Llenos de amor y deseos, que se quebraron junto a ese sueño. Prometimos ir a Saturno, jugar con el mundo y aullar en piélagos de placer. Pero nos quedamos dormidos. Cuántas cosas no hubiéramos hecho, si no estuviéramos enterrados bajo suelo. Se oyen los solitarios grillos y, a lo lejos, el canto de un pájaro despierto extrañamente a deshoras. Ya no estás en este crepúsculo. No has despertado conmigo. Ya no cubre tus pestañas el rocío. Te acaricio, no te inmutas. Te beso, mas tus labios son de niebla. Estás desapareciendo en la pena. Estás quieto, absorto y lontano... Pero aunque no brillen con la misma luz, recogeré cada estrella rota en esta

Carrusel

Me subí al caballo más opulento, aquel con crines de oro, ojos de madreperla y capa de brillantes espejos. Me creí en lo más alto, pero bajaba despacio al acto. Todo avanzaba y volvía a ser. Todo recorría un momento exacto. Las luces se difuminaban, las personas se volvieron sombras. La melodía era una adicción en constante repetición. Sujetada al eje plateado, mi cuerpo empezó a moverse, bailando sensual, curvilíneo, como el ritmo del carrusel. La confusión me consume poco a poco, no es como si me haya vuelto loco. Esta sensación vertiginosa no podrá separar nuestra rutina religiosa. Tú estás ahí abajo, esperando a poder montarte, pero me ves aquí arriba, con esos ojos de suplica altiva. Es que todo es demasiado veloz dentro de su asfixiante lentitud. Ahora nada ajeno existe, ni si quiera ese tumulto de voz. Allá donde me lleva, allá donde vaya... Anhelo ver mi destino: Se repetirá otra vez, desde el porvenir desconocido. Algo cambia más allá,